El propóleo, también conocido con el nombre de própolis, es un material tipo resina que se obtiene de la corteza de los brotes del álamo y las coníferas, pero difícilmente lo encontramos en su forma pura, lo usual es encontrarlo en las colmenas y contiene productos de las abejas como por ejemplo la cera. Aunque actualmente se encuentra de moda, históricamente ya se usaba para tratar catarros de las vías respiratorias altas, resfriado común, gripe, sinusitis, otitis, laringitis, bronquitis, asma bronquial, neumonía crónica o tuberculosis pulmonar...
También es conocido y recomendado por sus propiedades beneficiosas para la salud de la piel en el tratamiento de abcesos, forúnculos, sabañones, grietas, verrugas, pieles acnéicas, etc.
Los propóleos, gracias al procesamiento que recibe de las abejas, se convierten en potentes antibióticos que evitan la acción de bacterias, hongos y virus, de ahí su gran efectividad al tratar los síntomas de resfriados y gripes. Por este motivo, cuando se acerca el frío es recomendable guardar un tarrito de própolis en la despensa por lo que pueda ocurrir.
El propóleo contiene materias colorantes: los flavonoides, como la gelatina, que son las más activas en la función antiséptica. Además de esta sustancia, contiene resinas y bálsamos (50%), cera de abeja (30%), aceites esenciales (10%), polen y diversos materiales minerales: aluminio, plata, bario, boro, cromo, cobalto, estaño, hierro y mucho otros. También contiene provitamina A y vitaminas del grupo B, especialmente B3.
Los flavonoides (pigmentos con propiedades antimicrobianas), además de ser antioxidantes, confiere propiedades antivirales al propóleo, siendo preferible su uso al de los antibióticos para combatir procesos gripales o resfriados comunes, ya que éstos últimos solo son efectivos cuando la infección es bacteriana.
Apoyando esta afirmación, la Sociedad Española de Quimioterapia (SEQ) indica que el própolis tiene propiedades terapéuticas útiles para el tratamiento de infecciones víricas y bacterianas.
Los beneficios de su actividad antiviral se achacan a componentes polifenólicos principalmente los derivados del ácido cinámico, el fenetil éster del ácido caféico y la artepilina C, que también tienen propiedades antioxidantes y estimuladoras del sistema inmune, útil en el tratamiento de la gripe.
En resumen, frente a gripes y resfriados, antes que a cualquier antibiótico, es preferible recurrir a un producto natural con efecto antiviral, como el propóleo, que podemos encontrar en todas las farmacias, ya que resulta una alternativa eficaz al problema de la resistencia inmunológica que crean los antibióticos.
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