La lechuga iceberg
es una de las más populares de cuantas se consumen en España. Se
dice que su nombre procede de la época en la que esta variedad se
recibía en vagones frigoríficos en la Costa Este de Estados Unidos
tras una larga travesía desde California. Los consumidores decían
que llegaban las iceberg por la novedad de conservarlas en hielo.
Historias aparte, te
contamos pros y contras de la lechuga iceberg, para que decidas cómo
y cuándo consumirlas:
A favor
- Alto contenido en agua.
El crujido característico de esta lechuga es una prueba de su gran
contenido en agua.
- Apenas tiene calorías.
Su fibra casi no tiene calorías. Pueden, por tanto, formar parte de
cualquier régimen de adelgazamiento.
- Tracto digestivo feliz.
La fibra favorece el tracto digestivo y colabora en la protección
contra el cáncer colorrectal. También es buena contra las
enfermedades cardiovasculares gracias a su capacidad para unirse con
los ácidos biliares en el tracto digestivo.
- Contiene antioxidantes
y resultan sedantes. Gracias a sus compuestos fenólicos. Y, aunque
no lo creas, sus hidroalcoholes son un agente potencialmente sedante.
Contras
-
Agentes contaminantes. La lechuga iceberg es una de las
cincuenta frutas y verduras que se consideran más expuestas a
contener residuos de plaguicidas como el perclorato y los nitratos.
Se dice también que se han localizado trazas de productos
farmacéuticos en su composición y de preparados de productos de
belleza.
-
Métodos de cultivo incorrectos. Los métodos de cultivo y de manejo
de la lechuga iceberg ofrecen riesgos para desarrollar
enfermedades como la colitis o la salmonella.
-
Alérgenos. En la lechuga iceberg se han descubierto también
alérgenos como los que producen la dermatitis atópica.
Hasta
aquí lo que te puede ofrecer la lechuga iceberg, lo demás,
decidirte por ellas si cuentas con todas las garantías. Feliz
lechuga iceberg.
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