Consejos para comenzar en el gimnasio

Quizá ya nos hayamos puesto a dieta, pero todavía necesitemos hacer algo más para ponernos en forma. La decisión que todos tomamos es apuntarnos al gimnasio. Pero nos cuesta tan poco decidirlo como dejarlo después y eso no es algo que nos compense a nadie. Por eso es importante que comencemos en el gimnasio teniendo en cuenta algunos consejos que nos ayudarán a ser constantes y a no sufrir demasiadas consecuencias de adoptar un hábito deportivo.

1. No te pases

Queremos comenzar diciendo algo tajante, porque sabemos que uno de los problemas de quienes se apuntan al gimnasio es que están llenos de ambición y sentimientos poco realistas. Escuchamos comentarios como "voy a venir 2 horas todos los días", "haré ejercicio hasta desmayarme" o cosas similares. Todo eso no sirve de nada, porque la intención nos durará un día y medio. Cuanto más nos pasemos con las primeras sesiones, menos tardaremos en dejar el gimnasio.

En lugar de eso tenemos que ser realistas y consecuentes. No pensemos en ir todos los días al gimnasio nada más comenzar. ¿Estamos locos? No lo haremos seguro. Mejor pensemos en 3 días a la semana. Y que cada sesión deportiva no sea de más de 1 hora, porque acabaremos con la resistencia de nuestro cuerpo y lo que debía ser positivo acabará siendo malo para nosotros. Si somos realistas y coherentes, seguro que aguantamos mucho mejor el gimnasio.

2. Los instructores están para algo

Somos individuos a los que no nos gusta complicarnos. Nos metemos en el gimnasio, buscamos la primera máquina e imitamos a quienes están a nuestro alrededor. Pero eso no es bueno. Al principio es mejor hablar con un instructor para que nos diga qué tipo de ejercicio nos vendrá bien dependiendo de nuestros intereses o de nuestro propio físico. Y si tenemos dudas, ellos nos las resolverán. Algunas máquinas del gimnasio no son tan fáciles de usar como podéis imaginar, así que quizá si no preguntáis las estéis usando mal.

3. Una alimentación equilibrada

La hidratación es clave, eso tenéis que recordarlo. Beber agua después del gimnasio os vendrá genial, porque habréis dejado al cuerpo seco en el proceso por el gasto de sudor. También tenéis que aseguraros de tener una alimentación equilibrada, sobre todo si aumentáis el esfuerzo deportivo. Ni os comáis unos huevos fritos cada vez que salgáis del gimnasio, ni penséis que con una ensaladita y un yogur tenéis suficiente. Un dietista os puede ayudar con esto si estáis perdidos.

4. El equipo adecuado

Antes de comenzar en el gimnasio tendréis que ir a una tienda de deportes y compraros ropa adecuada. Pantalón corto, camiseta, una toalla de mano que necesitaréis llevar en todo momento y, sobre todo, unas buenas zapatillas. Os sorprenderíais de cuánto cansancio podéis evitar si tenéis el calzado correcto mientras estáis haciendo ejercicio. Recomendamos no escatimar en gastos en las zapatillas.

5. Busca la diversión

Ir al gimnasio no tiene que ser una obligación, sino algo que nos motive y que nos entretenga. Lograr esto es difícil, pero hay formas de conseguirlo. Los gimnasios de ahora tienen televisiones o pantallas donde podéis cargar contenido de Internet con el que pasar el rato. La música en un reproductor personal también va bien o podéis utilizar aplicaciones en el móvil para que hacer ejercicio sea más divertido. En definitiva, cualquier cosa que os motive.