Los engaños de la industria alimentaria

Uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos hoy en día es a un bombardeo constante de publicidad sobre productos, supuestamente saludables, que están haciendo mella en nuestra capacidad para discernir entre los alimentos sanos y, los que creemos que son sanos, pero en realidad no lo son tanto.

¿Habéis escuchado que el mejor desayuno es un zumo de naranja y una tostada? Lo que se olvidan de matizar es que el zumo de naranja tiene la misma cantidad de azúcar que una lata de cocacola, y que lo interesante es comerse la pieza de fruta entera porque sino pierde la fibra y todos los componentes nutricionales interesantes. Y respecto al pan, tampoco se suele decir que si desayunamos pan hecho a base de harina refinada tampoco vale, es trampa. Y es trampa porque no es sano. Nos han hecho creer que comiendo ciertos alimentos nos estamos nutriendo bien, pero no especifican que lo más importante es la calidad de los alimentos que tomamos.

Con un mercado donde los principales grupos de investigación y las asociaciones médicas están financiadas por el lobby de la alimentación ya podemos intuir que puede haber problemas. ¿Son fiables los estudios médicos? ¿Hasta qué punto las asociaciones de médicos cumplen la legalidad?

Este tema es algo serio que, literalmente, da miedo. ¿Cómo es posible que la Asociación española de Pediatría recomiende galletas y cereales con azúcar para desayunar? Y peor aún, que tengan el despropósito de llamarlo “desayuno equilibrado”. Es imposible que un desayuno a base de productos naturales como el yogurt casero y fruta fresca  sea comparable nutricionalmente a los cereales hechos a partir de cereal refinado, cubierto de azúcar y galletas llenas de aditivos, mantequilla, conservante y grasas saturadas. Pero ahí está, el letrero de la vergüenza.

Cualquier persona que vaya a estudiar el grado superior de dietética verá como la industria alimentaria destina importantes cantidades de dinero a desvincular el consumo de azúcar y de productos pre-cocinados con los estudios sobre la salud. ¿A que empresa le interesa que se anuncie que el consumo de demasiada sal y conservantes da cáncer?

Hace tan sólo 2 semanas se ha descubierto como Coca Cola y Pepsi han gastado en lo que va de año más de 5 millones de dólares en estudios “independientes” para desvincular el consumo de azúcar como la principal causa de obesidad en Estados Unidos. ¿Hasta qué punto es legal que alteren los resultados?

El problema que tenemos es que este tipo de corporaciones se han hecho tan fuertes que presionan de forma constante a los políticos y manipulan la opinión pública. Y, hasta que los Gobiernos no tomen la decisión de desvincularse, seguiremos recibiendo opiniones contradictorias y alimentándonos mal.