El
sueño de los niños. Dormir es fundamental para la
salud humana, para el equilibrio de cualquier persona, pero mucho más
para los niños y los adolescentes, para los que el sueño se
convierte en una actividad reparadora fundamental que contribuye a la
generación natural de su sistema nervioso.
Algunos
estudios clínicos han demostrado incluso una relación directa entre
la falta de sueño de los niños y su exceso de peso. Las
investigaciones han determinado que la falta de sueño de los
niños incrementa la actividad de las hormonas relacionadas con
el apetito. Por otro lado, los niños cansados hacen menos ejercicio
y, en consecuencia, queman menos calorías, lo que abre la puerta al
exceso de peso.
Las
horas de sueño de cada niño dependen de su edad, así, un niño de
entre 3 y 5 años, va a necesitar 13 horas de sueño efectivo, un
niño algo mayor, de 5 a 12 años, 11 horas, de 11 a un adolescente
de 17, 9 horas o algo más.
¿Qué
se debería hacer para garantizar un tiempo de sueño reparador
para niños pequeños y adolescentes? Veamos algunos consejos
sencillos pero de gran valor para convertir el acto de dormir en un
buen hábito:
-Retire
los televisores, los ordenadores o cualquier otro aparato de sonido
del dormitorio de los niños. Evitará que se 'cuelguen' de ellos.
-Evite
las comidas copiosas antes de dormir. Facilitará la digestión y la
llegada del sueño que será, sin duda, reparador.
-Haga
del acto de dormir una rutina. Éso significa acostarse a las mismas
horas. Sea firme en ello.
-Asegúrese
de que la habitación de los niños es un lugar suficientemente
oscuro, tranquilo y relajante como para que por sí solo invite al
sueño. Asegúrese también de que no es ni demasiado frío ni
demasiado caluroso. Temperaturas por encima de los 32 grados en un
cuarto de dormir son insufribles para el sueño. Lo convierten en una
tarea imposible. Hay estudios que señalan esa marca de los 32 grados
centígrados como crítica, aunque las sensaciones térmicas y los
niveles de humedad juegan también su papel.
-Las
tareas escolares deben terminar mucho antes de que se vayan a la
cama. Pueden producirles un estado de excitación o de hiper atención
que les impida la relajación necesaria para encontrarse con el
descanso. Algo básico para el sueño de los niños.
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