El
kéfir es una bebida de leche fermentada que compite con el
yogur con toda una excelencia de propiedades naturales y saludables
para el organismo humano.
El
kéfir contiene vitaminas A, D y calcio, en proporciones
comparables con las de la leche, por lo que resulta una manera
estupenda de llevar a la dieta las proporciones recomendables de
lácteos que resultan ideales para cada jornada.
El
kéfir ofrece un completo surtido de bacterias que son muy
amigables para los intestinos, además, es un preparado que resulta
muy versátil en la cocina y que se puede disfrutar en infinidad de
recetas y con combinaciones y preparaciones a cual más
sorprendentes. Recetas y presentaciones como estas cinco que
recogemos aquí:
-
Como smothies. Los smothies son una manera perfecta de empezar a
disfrutar del kéfir, con frutas como el plátano, como las
fresas, los duraznos y con sabores como la vainilla o el chocolate.
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En ensaladas. Puede emplearlo para aderezar ensaladas dejando un buen
sabor que se puede percibir como tono de fondo.
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Con frutas. Mezcle el kéfir con sus frutas favoritas y
añádale un poco de miel o de ágave para endulzarlo. Si congela la
preparación, tendrá una deliciosa golosina helada.
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Como helado. El kéfir puede sustituir a la leche en los
helados caseros.
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Como queso para untar. Si deja que la masa de kéfir pase a
través de un filtro de tela durante, pongamos una noche, obtendrá
un producto más espeso y cremoso que podrá usar para untar en el
pan y para los desayunos de sus mañanas.
Y
si lo prefiere, también puede llevar ese kéfir espeso
a las galletas y armar la crema como pequeños delicatessen
sobre trozos de pan tostado como entrantes de comidas no principales,
digamos en las cenas.
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