El desayuno es la
comida más importante del día. Por eso es fundamental empezar el día con un
desayuno equilibrado que nos aporte energía física y mental.
Un desayuno saludable y completo nos aporta
energía y además hace que no lleguemos a la siguiente comida del día con un
hambre excesiva. Un desayuno completo no significa que podamos comer cualquier tipo
de alimento.
Alimentos que debemos eliminar del desayuno:
Carbohidratos refinados: el pan blanco, bollería en general, o los cereales indrustriales. Estos alimentos nos aportan demasiada azúcar y
solamente sacian en el momento ya que al poso tiempo seguro vamos a tener
hambre.
Azúcar blanco: no
nos aporta ningún nutriente. Podemos sustituirlo por otros endulzantes como la miel
de caña, panela, estevia. Todos estos productos se pueden encontrar en
herbolario y últimamente en la mayoría de los supermercados.
Lácteos en exceso:
la lactosa de la leche de vaca generalmente es menos digestiva que leches de
origen vegetal o incluso la leche de vaca sin lactosa.
Grasas saturadas:
margarina vegetal, los embuidos, etc. Nos aportan demasiada grasa que puede afectar
a nuestro corazón.
Alimentos que debemos incluir en el desayuno:
Un desayuno
equilibrado debe incluir hidratos de carbono, proteínas,
fibra y algo de grasa.
Cereales integrales: como los copos de avena o
el muesli. Si preferimos tostadas, que sea con pan integral hecho con harinas
integrales de trigo, espelta o centeno.
Lácteos sin lactosa o bien leches vegetales
como la leche de arroz, de avena. Lácteos más digestivos como el kéfir o el yogur.
Frutos secos: nueces, almendras, avellanas,
etc. Nos aportan las grasas que nuestro organismo necesita y además son ricos
en omega3, que nos aporta grandes beneficios para la salud del corazón.
Frutas frescas: ya sea en zumo, batidos al
natural, batidos o al natural. Manzanas, peras, kiwis, naranjas, etc. Nos aportan vitaminas
que favorecen nuestro sistema inmunológico.
Aparte de estos alimentos, podemos completar nuestro
desayuno con suplementos naturales como la jalea real, el polen, levadura de
cerveza, maca, propóleo, etc. Se recomienda tomarlos sobre todo en épocas de
más estrés o en el invierno, etc. Etapas en las que, por lo general, el cuerpo se encuentra más bajo de defensas.
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